«Sí, sí, pero las alfombras no son la panacea», dirán algunos desconfiados, que las acusarán de ser una fábrica de ácaros e imanes de la suciedad. Nada que una buena rutina de limpieza (como la que dedicas al resto de la casa) y una buena elección de la alfombra para cada estancia pueda solucionar. En LAGUERZZA te ayudaremos a elegir la alfombra perfecta para cada estancia.
EN EL RECIBIDOR, RESISTENTE Y A PRUEBA DE RESBALONES
¿Sabes qué debes pedirle a la alfombra del recibidor? Que sea fácil de limpiar, porque la pisarás directo de la calle, así que mejor que sea de algodón o sintética; que su tamaño sea proporcional al mueble que tengas (y que este no la pise) y que sea «segura» para evitar resbalones –con una malla antideslizante te ahorrarás sustos con solo entrar en casa–.
EN EL SALÓN, CUESTIÓN DE GUSTOS
No temas mezclar alfombras de materiales y formas distintas en las diferentes zonas del salón, sobre todo si este es amplio. Antes de decidirte por una u otra ten en cuenta el suelo que vestirá: si es oscuro, una alfombra clara le dará luz, en cambio sí tiene color, como un suelo de mosaico hidráulico, una lisa lo «calmará».
La medida perfecta: Lo ideal es que la alfombra sobresalga entre 15 y 25 cm por cada lado del sofá. Si no te llega, ponle debajo otra más grande de sisal o algas. Un truco que, además, te hará estar a la moda.
EN EL COMEDOR, SUFRIDA Y FÁCIL DE LIMPIAR
De todas las estancias de la casa, el comedor suele ser el más desprovisto de alfombras. Que si es poco limpio, que si es muy sacrificado su mantenimiento… Sin embargo, con una elección adecuada de la alfombra, los contras pierden fuerza a favor de los pros.
Qué debes tener en cuenta
- Mesa y alfombra, un matrimonio de conveniencia. Si quieres que el conjunto se vea armónico, no lo dudes: elige la alfombra de la misma forma de la mesa. Redonda-redonda, cuadrada-cuadrada.
- De pelo corto. ¡Y sin volumen! Así podrás mover las sillas sin problemas.
- Fácil de mantener. Huye de colores claros y opta por materiales lavables como el vinilo que, además, resistirá bien el roce de las sillas.
EN EL DORMITORIO, LA PISADA MÁS MULLIDA
Aunque no tengas la costumbre de andar descalzo por casa, seguro que al entrar y salir de la cama lo haces con el pie desnudo. Razón más que suficiente para que la alfombra de tu cuarto sea dulce y mullida al tacto.
Las de lana o algodón son siempre un acierto. Y si son de pelo largo, ¡mucho mejor! Son las más cómodas y gustosas al tacto. Pero tendrás que aspirarlas a menudo porque son imanes del polvo. En cuanto al diseño, elígela a juego con los tonos dominantes del dormitorio o de la ropa de cama.
A prueba de niños
- El mejor aliado. Les dan calor, amortiguan las caídas y, con una malla antirresbalones, pueden correr sobre ellas sin miedo.
- ¡A la lavadora! Elígelas 100% algodón y lavables en lavadora. Geniales para decir ¡adiós ácaros!
Así que ya sabes, pon una alfombra en tu vida y tu invierno será más cálido, gustoso y estiloso que nunca. Tú las adorarás y ellas… siempre estarán a tus pies.
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